Cuando aún nos relamemos de nuestra corta visita al Alentejo disfrutando del confort y sabor de aventura que sólo el Sr. Wilson sabe impregnar a la ruta, el Capitán comienza a perfilar su nuevo destino.

Curiosamente hoy me he empeñado en arrancar a el Capitán del garaje. Cada vez estoy más vago para la "complicada maniobra" de montar en moto con todo el equipo del día para ir a trabajar.

Supongo que la novedad del Das Boot tendrá algo que ver... pero me da que los tiros no van por ahí.

Caminaba hoy con él Capitán. He salido pronto de la oficina y quería llegar a casa. El día era cálido. Muy cálido. El cielo azul. Ni una nube. Eran momentos de olvidar que había que volverlo a guardar en el garaje.

Mi mente disfrutaba de cada curva, de cada cambio de rasante. Repito esa carretera al menos dos veces al día, casi todos los días. Al menos los días que no viajo.

Coche. Un poquito más y podemos adelantar. Leve giro de muñeca. El viento golpea el casco jet que llevo puesto.

La chaqueta medio abierta deja que el calor de la privamera golpee mi pecho. Ese pecho que casi me lleva.

Suben las vueltas. Sube el rugido. Curva, curva, curva. Recta. Dejo que sigan subiendo las vueltas. El tren delantero se eleva un poquito.

Ha pasado mucho tiempo desde que comenzamos a perfilar Ultima Thüle. Durante este tiempo hemos tratado de mantenernos en forma con pequeñas escapadas. Pequeños viajes que nos recordaban que la ruta estaba ahí. Que existía esa forma de vivir. La aventura.

El Capitán comienza ahora a preparar su destino. Su último Gran Viaje.

Navegando hacia casa he tomado un desvio. El Capitan continuaba ronroneando mientras tomaba la fotografía. Cris me esperaba en casa.

El horizonte tambien.

¡Cuánto hemos crecido en este tiempo!

Nuevas y antiguas rutas, en forma de escapadas, nos devolveran a la forma de la ruta. Cáceres, Asilah y Lanzarote se perfilan como los próximos destinos que visitará el Capitán...